En casa, desde siempre ha existido una dulce tradición entre los hermanos más pequeños. Ésta consistía en darle a la abuela 40 besos según abría la puerta.
Cuando la abuela venía a pasar las vacaciones con nosotros en León, siempre era genial, nos encantaba que estuviese por allí.
Y como no la podíamos ver tanto como quisimos, cuando tocaba despedirse, los pequeños se disputaban el puesto de quién se despedía el último de la abuela hasta la siguiente vez que la vieran. Obviamente, la abuela, recibía los merecidos 40 besos.
Lunedì, Maggio 22, 2017 - 02:00
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